ESTUDIO NEUROLÓGICO EN LA REGIÓN DE MURCIA
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ICTUS ISQUÉMICO Y HEMORRÁGICO
Ictus (trombosis y hemorragias cerebrales)
El ictus es la interrupción brusca del riego sanguíneo en alguna parte del cerebro. En España es la principal causa de muerte en las mujeres y la segunda en el hombre.
Se clasifica en ictus isquémico (infarto cerebral) cuando se produce una obstrucción arterial e ictus hemorrágico cuando el problema es la rotura total o parcial de una arteria cerebral o sus ramas. También se puede producir un trombo en el sistema venoso que llamamos trombosis venosa o un sangrado no arterial que llamamos hematoma subdural y epidural.
El ictus isquémico puede ser producido fundamentalmente por una placa de ateroma que obstruye la circulación (80%) o por un émbolo procedente de otro lugar, generalmente el corazón (arritmias del tipo fibrilación auricular entre otros). El ictus hemorrágico suele estar provocado por una subida brusca de la tensión arterial o por fragilidad arterial (amiloidosis).
Los principales factores de riesgo del ictus son la hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipercolesterolemia, tabaco, exceso de alcohol y el sedentarismo por lo que la prevención y/o tratamiento de éstos impedirá o retrasará la aparición de ictus y por lo tanto aumentará la esperanza de vida.
Los síntomas son de aparición brusca y los más frecuentes son:
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Debilidad muscular en una parte de cuerpo o de la cara
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Pérdida de sensibilidad en una parte de cuerpo o la cara
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Desviación de la comisura bucal
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Pérdida de visión.
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Alteración en la emisión y/comprensión del lenguaje
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Otros: visión doble, alteración nivel de conciencia, vértigos, dificultad para tragar.
La clínica del ictus isquémico y hemorrágico son similares por lo que el diagnóstico diferencial se hace básicamente con un TC craneal pero para encontrar la causa de los mismos recurrimos a otras pruebas como ecodopler TSA-SVB, eco transcraneal, Ecocardiograma, ECG, análisis, RM cerebral…
El tratamiento de los mismos depende de la causa pero básicamente en el ictus isquémico utilizamos antiagregantes o anticoagulantes mientras que en ictus hemorrágico están contraindicados en fase aguda (precoz). En ocasiones en los ictus isquémicos en fases muy precoces del inicio de los síntomas podemos recurrir a terapias especializadas como fibrinólisis intravenosa y trombectomía mecánica para hacer desaparecer el trombo responsable. Por lo demás en ambos debe controlarse los factores de riesgo mencionados anteriormente de cara a evitar futuros nuevos eventos.
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